El otro día, ese en que te levantaste con el propósito de hacer limpieza de las cosas arrinconadas en un cajón de tu pasado inquieto. Si querer te reencontraste con los instantes olvidados en ese álbum de fotografías; de colores desteñidos, de sonrisas congeladas, de muecas desfiguradas y lagrimas pintadas. En tu memoria peregrinaron las imágenes de...

Tú abuela, contempla  los crepúsculos del otoño con anónima ilusión, esperando el frío invierno en que mi diminuto cuerpo caliente tu tierna alma de madre arrinconada. Tú abuela, crees reconocer la sombra de mi diminuto cuerpo que se forma con tu sangre y tus lagrimas en las cálidas ondas del vientre de otra mujer, mi madre, en la...