Me he escudado en el eco del silencio refugiándome en el nido del retiro de la golondrina, para que mis palabras se perdieran en una lagrima derramada mientras el suspiro cortaba el viento.   He moldeado la pena, como un alfarero su arcilla cociéndolo en el fuego de la amargura y en las pausas entre pena y amargura me he retirado...