Te fuiste en las horas de una tarde cualquiera, en el anuncio de un suspiro y su frió viento cristalizo la lagrima que paseaba por el pálido jardín de tu otoñal rostro.   Dejaste evocaciones quebrando corazones desamparados ante la indiferencia de un mundo repudiado…   la ambigüedad, el enredo que tanto deplorabas llenan de sombras las horas de los días…   solo tu memoria,...