Las palabras se suicidan en esa soledad tuya donde unas lagrimas corren tras la lastima de tu llanto.   Las vacilaciones vienen para calcinar en la mina la vida de un sueño.   No hay nadie a quien dejar un abrazo… ese abrazo del adiós.   La soledad ha llegado para invadir tu sangre porque a olido a vació, a penuria.   Porque alimentas a la soledad con esos...