En el claro oscuro del amanecer te acicalas en el viento enlutando las horas que han muerto, los gestos de tu rostro con la anorexia acostumbrada dan la bienvenida a las cerradas nieblas de los pensamientos que de regreso traen los recuerdos de tus miedos y en las caricias de tus sueños, cubiertos con el papel donde has tejido las...