Relucen los rayos mas que las estrellas en ese efímero instante en que la sorpresa se condensa deplorando ese suspiro que espesa el miedo quedando tras la sombra, que escucha y ve girando la mirada. El alma de queda parada ante la emoción de un abrazo inesperado que borra la ira del remordimiento y los temores, solo son el recinto del instante...