Cabalgan erguidas las palabras estiladas de los sueños porfiados sin limites ni zonas; ágil carrera la de la indomable emoción, que flota entre el cielo y la tierra permaneciendo en la memoria del tiempo con gotas de una realidad hechizada por la vida.   Cabalgan encogidas las palabras receladas de esa realidad maliciada que en los grises atardeceres cruzan la agreste pradera del pensamiento...