Se quien soy… y sé quién eres…   recuerdo la sombra de tu mirada…   recuerdo la línea de mi sonrisa.   Aprendí a perderme en el horizonte de tu rostro. Aprendí a abrazar tú sombra en los días borrascosos donde las lagrimas eran gotas frías que congelaban el gesto de tu boca.   Recuerdo esas palabras tuyas que apagaban el candil de mi pasión; esas palabras que alumbraban con su cirio el deseo cansado de mi alma; esas...