EL DESTINO

Tu no tienes la culpa
ni yo tampoco la tendré,
de que nuestro amor
se arrancara de nuestro corazón,
como una rosa del rosal,
si acaso la culpa
será del destino.
 
Habrá otras primaveras,
otros veranos, y también
otros otoños, y otros inviernos,
que en el árbol del amor,
flores y frutos abra,
y de su tronco seco
nuevas hojas brotaran.
 
Las lagrimas vertidas
capullos serán
que quebraran la sombra
de nuestra amargura,
nuestra sangre bullirá
y correrá como río bravo
por nuestras venas.
 
En el jardín de nuestros sentir
el sauce llorón
otras lagrimas verterá
de alegría y felicidad
que nos hagan sonreír
ante el nuevo destino,
y también olvidar.
 
Tu seguirás tu senda,
yo la mía seguiré,
y ambos seremos libres
para volar como gaviotas
sobre el cielo azul del océano,
del mar de los sentimientos
del nuevo destino.
 
Las palabras las lleva el viento
como el río lleva las hojas muertas,
pero por cada palabra que se va en el viento
otras tantas vendrán en la brisa de la mañana
demandando otros labios que besar,
otra piel que acariciar,
otro corazón que amar.
 
Mas… yo te digo, que lo que se fue
jamás regresara,
en el pasado se quedara,
que como las rosas en otoño se van,
en la primavera nuevos capullos aparecerán
para llenar el jardín de nuestras desdichas,
y de alegría nuestro corazón.
 
Así será nuestra existencia
y así debe ser,
el pasado, pasado es,
el presente lo escribimos,
y el futuro… no es mas que
la simiente del pasado,
y del presente también.
 
Estos son los versos
del poema de mi dolor
que lagrima a lagrima compuse,
y una vez terminado
te prometo, que nunca mas
una lagrima mis ojos derramaran
por una culpa que ni tuya, ni mía, es.
 
Serán las rimas, lo sonetos,
las estrofas, los romances
de mis versos, los que dejare
como legado de lo que fue,
como legado de una culpa
que ni es tuya, ni mía es,
sino que del capricho destino, es.

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