SE MUY BIEN

Aquí estoy, esbozando un otoño

en el azul cerúleo diurno, tallando

con el cincel de mis dedos

en las nubes del cielo

las sombras de una vida

que deambula en su destino

cerrando puertas sin secretos

habiendo celdas de misterio

donde te encuentras

con evocaciones demoradas

en el paraje umbrío de las sombras

contemplando las horas dilatadas

de los sombríos recuerdos,

esperando ser recobrados,

reconquistados en el hoy,

de la memoria del mañana.

 

Sé muy bien…,

que en el lienzo

de este cielo atormentado

vosotros hijos distinguidos,

del amor y del perdón

del remordimiento

en la penitencia,

estaréis en la gloria

de esa escalera al cielo,

como estáis en el murmullo

de mis sueños, aunque

en el amanecer de los días

vuestra sonrisa, que alivia no este

ni en las buenas noches

ni en el hasta mañana.

 

Sé muy bien…,

que yo no estuve

en el destino

de vuestras palabras,

ni en una cifra de nueve números,

ni en la pantalla de un celular,

ni en los libros comprados,

ni en el azul de vuestros días

ni en la percha de los sombreros

ni en la puerta de al lado.

 

Sé muy bien,

que vuestro enojo

que irrita el pesar

y el mio que corree

las entrañas lastimadas,

no se encontraran por casualidad

en esa esquina del bien quedas

a la que ninguno iremos

con reproches, ni perdones,

con equívocos y engaños,

y si con sinceros abrazos

que derritan lo enojos

y sepulten el olvido.

 

Sé muy bien,

que en la otra esquina,

esa a la nos resistimos,

atemorizados en los rincones

por el desasosiego,

esa esquina donde;

diremos palabras sin sentir,

pensaremos sin pensar,

soñaremos sin soñar,

confesaremos silencios mudos

y donde estaremos sin estar

porque el corazón olvido

ser sincero.

 

Sé muy bien,

que vosotros

sois mi recuerdo

y que yo seré

vuestra memoria

pensando

en ese pensamiento

que trate de acordarse,

de un padre…,

de unos hijos.

 

Pippo Bunorrotri.

 

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