El hombre que susurraba a los sentimientos

INTIMO Y PERSONAL

“Hay momentos en un día en que el pavor se apodera de ti, sabes que es el principio de algo, sin definir el que, el dónde y el porqué, pero en un instante de uno de esos momentos, te percatas de que ese día ha llegado el fin de tus dudas”

Creo que desde el mismo día que nací, un 31 de diciembre de 1955, he sentido la necesidad de escribir, pero nunca he tenido el valor de publicar nada hasta ahora, quizás por un falso pudor… todo lo que escribía terminaba en el fondo de alguna maleta de cartón, sustituyendo esa necesidad por la lectura.

He de decir, en mi defensa, que no creo en nada que no sea yo mismo. De ahí mi indecisión, medito mucho, para algunos demasiado, el tomar una decisión.

Hace años, al comienzo del nuevo siglo, un amigo de la infancia muy querido, que conocía el segreto de mi pasión, me empujo con su acostumbrada persistencia a que publicase lo que escribía en secreto en mis cuadernos, y en el último suspiro de su vida me hizo prometer que alguna de mis historias viesen la luz, lo que me ha llevado a crear un blog, que es mi cuaderno de desahogo de la pasión que siento por escribir, en mis versos están los susurros de mis sentimientos y en mi prosa esa necesidad que siento por contar historias. De ahí mi primera novela que empezó siendo un simple homenaje a mi querido amigo y tras escribir el primer capítulo tomo vida propia convirtiéndose en una historia un tanto personal que me ha inyectado el vicio a tener que seguir contando otras historias.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para hablar de lo que me callo,

hablar conmigo mismo

de lo que siento.

Porque no soy sabio, y

la poca sapiencia que tengo

los golpes de la vida

me la ha dado.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para henchir de aire nuevo

mis pulmones,

desamarrar la faringe y

dejar de estrujar el corazón.

Porque hace tiempo

un muerto en vida soy, aunque

la muerte jamás me la crucé.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para empuñar la pluma

como daga traicionera que es,

capaz de ensalzar o humillar

al más valiente y al más cobarde.

Porque tiempo ha

que con ella me defiendo

y en la miseria me revuelco.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para llorar sin lágrimas,

sangrar sin sangre, y

sufrir sin dolor.

Respirar sin aire,

bailar sin música,

reír sin reírme, y

sentirme mejor.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para poder crear,

el fuego y la mar,

el día y la noche, el Ying y el Yang.

Escribiendo puedo ser un dios pagano

inmortal, decidir vida y muerte puedo así

de un rey, de un sabio, de un cardenal

y hasta la de un don nadie.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para poder crear,

un mundo donde las lagrimas

no son más que los pesares

de una vida que hablar no puedo,

no porque no quiera, sino

porque la garganta muda se vuelve

y la mano se ofrece.

Si escribo,

es porque lo necesito.

Para contar al mundo

lo que siento,

lo que llevo dentro,

que ni soñar me deja…

Escribir es la muda voz de las máscaras de nuestros yo es. Es la pasión de nuestros miedos, de nuestra alegría y de nuestra decepción. Escribir es contar historias de ficción y la historia de la realidad. Escribir es dibujar las sombras de nuestros sentimientos que vagan en la espesa niebla de nuestra vida. Escribir es la que necesita tu día a día. Por eso:

Si escribo es porque lo necesito