Cuantas cosas, la tinta de tú tintero emborrono de negro momentos, instantes de mi existencia.     Con la pluma de mis dedos y la tinta de tú tintero escribí en ese diario que los dos abrimos cuando apareciste en el rayo de la luna de aquel verano que empezaba a florecer en la pubertad de unos adolescentes curiosos y alocados.     Cuantas miradas...