LA CIUDAD DE LA NOCHE ETERNA

Esa ciudad de la nada y del todo

de la soledad eterna

del silencio abandonado

dibujada entre murallas blancas

donde las cruces son diócesis,

los edificios nichos

y las calles son sendas

de guijarros y arena

con sus nudos y rotondas

que señalan tu destino.

Esa ciudad que los piadosos llaman,

con respeto y devoción,

supongo que divina,

Camposanto, que no es comuna

sino silente cementerio

Frente a sus murallas blancas

las miradas rompen

su banal historia

con sus rumores

y el recuerdo del otro.

En sus campos

no hay hierba

solo flores marchitas

como sueños con encanto

solo el polvo del recuerdo.

Por sus calles

caminan los susurros

las sonrisas mudas,

no hay risas

solo lamento y llanto.

Cuando él sol se torna oscuro

llega la hora del recuerdo

y en la ciudad

solo quedan nichos y cruces

vigilando el sueño que nunca duerme.

Este inquieto trovador de versos

poeta de lo incierto y cierto

la ciudad de la noche eterna

designa, pues para él

el camposanto es otra cosa.

¿Por qué?

Te preguntaras.

Porque en esta vida

todo es posible, nada es seguro

excepto la muerte

que para todos es cierta

y para algunos incierta.

Por la vida caminamos

con la ilusión de un sueño

hasta que nos topamos

con el reino del silencio y la soledad

donde una tumba nos espera

para dormir el ultimo sueño

convirtiéndonos

en polvo, aire, agua

y en recuerdos

de otros hombres

que de ilusiones llenan su vida

antes de adentrarse

en la ciudad de la noche eterna.

Pobre ciudad de la noche eterna

atrapada entre murallas blancas

donde una cruz es su escudo

en la desierta soledad

de tu destino.

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2 Comments
  • Vanessa Muñoz Sanz
    Posted at 09:01h, 08 junio

    Jopé qué bonito, y la música elegida, insuperable