Todo allí es grande radiante y luminoso, un universo cambiante donde la imaginación te lleva, en el que habita la sonrisa de la quebrada soledad. La soledad del ermitaño que ordena sus ideas con sus cien susurros conocidos, con sus cien rumores nuevos en su melancolía, viajando en sus sueños. El espíritu se emborracha en el tiempo lento, viviendo...