El primer llanto… inesperado. La primera mirada… perdida. La primera sonrisa… entrecortada. La primera caricia… tremola.   Ese primer día de inquietudes desiertas, de sentimientos sentidos dibujados sin palabras, que vi tu forma perfecta de cuerpo desnudo salir del humo de los suspiros del vientre de tu madre, que durante nueve meses tu figura moldeo a semejanza de un divino dios impoluto...