Tengo ganas de acariciar las olas de este mar Mediterráneo con sus vientos, Levanté y Poniente que tantas tardes me ha susurrado lo que siento, pero estos días pocas ganas tengo de gritarle a ese viento de Levanté, que me habla y no le entiendo. Puede que no sea el viento quien hable en silencio, más bien...