El verano pierde su ardentía cuando Octubre, el mes de la penumbra cambia de tamaño las sombras del día llenando de largas melancolías, los atardeceres, conmoviéndonos con sus auroras de sus tintes; marrones, rojizos, ocres, morados.   Sus sombras patinan en la penumbra de su luz donde el viento juega con la espesura de una arboleda, sosteniendo sus hojas en el suspense de un suspiro de la merced del viento, que en...