En la repentina clausura de ese tiempo que corría en el destino de la existencia de este universo nuestro, la angustia, dama del desconsuelo, ha abierto las ventanas de su palacete mostrando unas imágenes veladas que toman forma definida en nuestra atribulada mirada, robando a la añoranza de nuestra alma, una caricia, una sonrisa, un abrazo y...