Ya la luna atolondrada cae de la noche y sigo nadando en este mar de indecisiones, donde la bolla de tu rostro ocupa la mirada de mi pensar, no es que el miedo impida ver otro horizonte, es que solo presto oídos al dictado de mi pensar colmándome de preguntas, haciendo que las respuestas caminen cabizbajas en círculos siendo nosotros, Tú y...