Me es indiferente el mando enredado de esos dioses de barro que construyen su poder con el lodo de la palabra por su delirio de omnipotencia.   Detrás de cada firma, de cada discurso, de cada gesto fingido esta el sucio dominio buscando una primicia sobre el engaño de otra sin importar el grito indefenso y desesperado de un simple...