En el atardecer iluminado por un sol decadente que su fuego deja en el cielo emborronado, te atrape desprevenida con mi encanto arrogante y en esa clara mirada tuya, de amante desconocida, me arrastro a ese mundo desconocido donde el olvido es un misterio, donde el alma se agita y el corazón gotea suspiros de un dulce...