Hubo un tiempo que la muerte quemo mi castillo, y la vida, esa que parecía gastada, me tomo de la mano y en el impulso del ultimo latido me elevo hasta esa lejanía, misteriosa, donde la vida muestra su perspectiva, señalándome la confluencia donde el sol y el mar se funden en el abrazo de la insidia eterna, sintiendo en mi piel la...