Tú, que tu rostro y la epidermis de tu silueta muestra los latigazos de la burla y el ridículo, siendo la dignidad arrastrada por el corrompido fango de la mentira. Sigue luchando aunque agotado por las penas que otros han dejado, por la razón de tu sueño sin preocuparte por la purulenta envidia de esos, que con el engaño infectan su vida.   Pippo...