Con las palabras de sus versos el ponderado poeta toca las almas, almas perdidas en la añoranza de sus evocaciones. Palabras que castigan, que curan las heridas de unas sensaciones apoltronadas en la memoria, de imborrables sentimientos que han dejado huellas.   Las palabras, son peregrinos que caminan en la senda del corazón y el pensamiento, arrastrando su desamparo.   A veces son buenas, otras veces duras, unas veces calman y...