En la arena blanca de las dunas erizadas de la playa solitaria, escribo inclinado palabras sentidas que nadie escucha, que las olas besan y el viento borra mientras las horas del tiempo sereno me lleva allí donde nada se borra, donde el olvido es el recuerdo del instante de una añoranza que solloza, donde todo se dibuja con la agitación del corazón, donde el desencanto solo es un borrón que no...