En la incertidumbre del mundo, la oscuridad progresa con la lentitud de sus sombras, bajo las parpadeantes luces de sus pretéritas añoranzas. Y en la ceguera de la noche, las confesiones alumbran lo irreal de una vida que consume el mundo en las horas de los días, con sus pasiones vacías que engendran deseos creando en la memoria ingenuas...

Te vas, en el crepúsculo del amanecer cubierto de plúmbeo celaje sin el velado adiós de serena despedida, sin percatarte tan siquiera de que contigo te llevas la sombra plateada de la existencia de mi ventura en el día a día, quedándome solo, sin sombra, en la pedregosa travesía de la tormentosa soledad de una realidad vacía.     Te vas, y...