SOLEDAD

Como los capullos caen de las ramas
arrancados por el viento impío,
así los días perdidos se van,
y ya no volverán.
Que tristes son las horas del día
que se desgranan, grano a grano,
bajo la sombra de la soledad,
horas que jamas volverán.
Con ellas se va también
la dulzura de mi sentir,
la sonrisa de mi alegría,
las palabras calladas, y dichas,
de mis sentimientos,
la voz marchita del desasosiego,
regresando la tenebrosa añoranza.
 
¡Oh… corazón mio!
silencia el tic-tac
de las horas del reloj
de esta soledad mia,
para que los días perdidos
regresen como capullos florecientes
a las verdes ramas del árbol
de los recuerdos.

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2 Comments
  • Joaquín
    Posted at 18:40h, 09 enero

    Muy bonito.

  • Nadina Mesa
    Posted at 01:42h, 11 enero

    Me encantó…