Tersa dulzura, era la suya cuando en el despertar de su fabula, se levantaba del lecho en que soñaba; con viento y brisas, con olas, espuma, arena de playas y aromas embalsamados en un cuerpo de cristal.   Sus dedos pasean por su piel rociada por el deseo, dibujando en las curvas de sus pliegues ese beso que se poso en sus...