Escucho el gorgoteo del rio acariciando los guijarros, recorriendo con sus prisas y tranquilos remansos los enclaustrados meandros de su libre camino cantarín y mis incipientes pensamientos vuelan en el viento de la cavilación, abrazando el movimiento de las cristalinas aguas de un rio que llora reflejando la armonía de una realidad dispersa, secuestrando el silencio de un alma...