Dos folios emborronados de palabras descosidas rasgados en la ira de ese momento del desconcierto, rompen el silencio del poeta peregrino que desentierra el dolor de un sentimiento viejo, mientras el corazón piensa en la herida cicatrizada de aquel instante escarpado.   En el cansado rostro del poeta peregrino emerge el capullo de una sensación que zarandea las hojas de un cuaderno sin...