VITAL MELANCOLÍA

¡Tu vital melancolía!

que añoranzas cobijas,

matas la evocación de mi juventud

con codiciosas dagas ardientes

en la grotesca levita

de esta edad cicatera

donde el tiempo pasa lentamente

dejando que tu mano hurgue en mis valores,

urdiendo en mi alma temores y recelos

de lo que en aquella etapa aconteció

me haya traído hasta la mezquindad de estos días

¡No me agrada!…

¡Lo acepto!…

Todo esto debería importarme

lo mismo que me importa

la fina espuma inquieta del mar,

o el canto de un gorrión en mi ventana…

Pero me importa

¡maldita seas melancolía!

En esta edad cicatera

donde el tiempo me sobra,-lo que me fastidia-

mi memoria vaga en los momentos infaustos de mi vida

en vez de viajar a la alegre juventud,

donde el cabello de una mujer,

las curvas de su figura,

el tacto de su escultura,

trenzaban mis sueños,

aquella juventud

en que por primera vez

mis besos besaron la boca del pecado.

Sin embargo, los recuerdos que me traes

merodean el cementerio de los vivos

donde los muertos… mis muertos

descansan

a la sombra del ciprés

de mi memoria,

y el sauce llorón

de mis penas,

abatidos por el dolor,

donde hay palabras mudas

y donde no hay poesía.

En la habitación desnuda,

de mi vida,

siempre hay  versos libres

que revolotean

como mariposas de cristal,

pero hoy… esta vacía,

solo el libro abierto

de la aciaga melancolía

está en mi regazo,

para romper la magia

del opio de mi poesía.

 

Pippo Bunorrotri.

 

 

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