En los frágiles amaneceres de mis días inciertos los sueños susurran lo extraño de mis sentimientos mientras la razón se envuelve en la espesa nube del desencanto.   En las frágiles horas de mis amaneceres borrosos unas lagrimas se precipitan en la rugosa cordillera de mi agreste rostro gritándole al silencio de mi alma peregrina la cansada fatiga de esta soledad...