05 Dic EL AMOR ES CIEGO
El dios del deseo amoroso,
Cupido es su nombre,
hijo de Venus, diosa del amor,
y de Marte, dios de la guerra,
perdió los ojos de tanto llorar
y con una venda, salió al mundo
con su fatal locura;
de mando, quito, pongo e impido.
En el devaneo de su soledad
el mundo contempla, debatiendo
entre el deseo ciego y el pudor
de sus lamentos y quejas,
calmando el fuego de su pasión
en el frío río de la desesperación.
Llego el viento del Oeste
arrebatando su angustia,
y en la llegada de la oscura noche
sintió el anhelo de su deseo,
naciendo el despecho,
la desconfianza,
la tristeza y la suplica.
Pero siempre le queda
la esperanza
de que un beso recate el amor
urdiendo nuevos planes de pasión
que le encienda el fuego en sus huesos,
tomándole en su regazo,
rodeándolo con sus brazos,
llenándolo de besos,
sin advertir si es engaño o arrebato
desfalleciendo en el intento.
Así es el amor ciego.
Que con los ojos cerrados, quiere.
Que vuela su espíritu libre, hacia la felicidad.
Que su corazón late, al compás de otro.
Que mira hacia su interior, aceptando lo que siente.
Sin condiciones que aten o encarcelen
Perdiendo el miedo.
Pippo Bunorrotri.
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