16 Dic LA PERENNE DESPEDIDA
Hoy he derramado lagrimas en la playa,
que las olas del mar se han llevado,
he dejado que la blanca espuma,
que como sonrisa trae el ondulado mar,
mis doloridos pies lavaran
recordando aquellas tardes
en que los dos nos confesamos
nuestras penas, temores e ilusiones,
que hoy se han desvanecido
en el adiós perpetuo,
mortificando mis errantes pensamientos.
He pintado un lienzo
con el óbito de mi tristeza
y mis lagrimas he vestido de luto,
porque en mi mente
los recuerdos
padecen en su llanto,
tratando de volver a encontrarme
tras tu adiós perenne
esculpiéndome con las cenizas
que el fuego de nuestro amor ha dejado
en el quebrando de la noche.
Hoy mis recuerdos te han mirado,
no había mortaja
que tu cuerpo cubriese,
ni llantos de despedida,
no había dolor, ni deterioro,
que mi tristeza añorase,
solo sentí tu beso soñado
y el susurro de tu voz
que me acariciaba,
ajeno a este mundo
donde nada has dejado.
Hoy llegue al camarote de mi alcoba
cansado, habito de los propósitos del día,
tu sombra blandía entre mis brazos,
nos tumbamos sobre la almohada
y con exquisita fantasía
te traje a través del tiempo,
desde el espacio que separa
lo eterno de lo terrenal
susurrando la nana
de nuestro sueño.
Sé que ahora solo eres
la quimera de mi memoria y de mis sueños,
pero mis miedos se desvanecen
con el regalo de tus recuerdos;
ya no lloro por mi tristeza,
ni a la luna le pregunto por tu nombre,
solo al alba le doy los buenos días
y al mar las buenas noches
por dejarme salir de mi celda de desconsuelo
con la esperanza de encontrar la libertad de mi origen
que perdí en tu adiós perpetuo.
Hoy no es ayer,
ni ayer será mañana,
ni el pasado volverá
para ser presente,
pues el tiempo corre veloz
en el momento
sin esperar al instante,
y yo solo quiero
que lo inesperado
vuelva a florecer
en el jardín del recuerdo.
Pippo Bunorrotri.
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