LA SOMBRA DEL ESPEJO

Ella una mañana se sentó frente al espejo

y una sombra se perfiló en su reflejo,

evocando una imagen desnuda

de una mujer que no conocía

pues sus formas negaban su razón

y en su rostro la alegría era una bauta

sin risa, ni gozo,

la visión de esa fémina desnuda

desprendiendo desesperación

sobrio gesto dejo en su expresión.

 

Su cabello alborotado,

como un mar enrabietado,

caía sobre sus hombros desnudos,

la hermosura de su rostro

eran arrugas de días pasados

en el anhelo de aparentar,

no había ambición que ocultar

pues el tiempo supo adivinar

lo que ningún hombre supo ver,

y su memoria recordó

la mundana realidad.

 

Ni un sonido broto

de su boca abierta

solo un mudo lamento

se dibujo en su rostro,

y los pétalos de sus labios

resquebrajados y secos

sangraron en silencio,

ningún suspiro supo aliviar

el dolor de la realidad,

pues se estaba marchitando

como la flor de su jardín.

 

No tenía fuerzas para responder

a la sombra del espejo;

entrecerró los ojos

aceptando la miseria

que la sombra le mostraba.

 

Antes de que sus parpados

cayesen rendidos a la evidencia

en un instintivo golpe de rabia, los abrió,

y en sus ojos gris-perla brillo

la agonizante llama del deseo de vivir,

en un arrebato de locura

alzo la bandera de la esperanza,

y en el fuego crepitante de su interior

ardieron los celos del reflejo,

naciendo con ira

una sed de venganza.

 

¡Sombra de sombra

no te escondas tras el espejo!

 

Dilúyete en el reflejo

como los sueños se diluyen

en el despertar,

ve con los fantasmas

de los días triviales

déjame ser ella.

 

Un susurro escucho,

mientras la sombra en el reflejo se mostró,

¡yo soy ella!

 

Pippo Bunorrotri.

 

 

https://youtu.be/1ZCPpKkqUmI

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