NADA QUEDA

Os despeñasteis en la oscura oquedad

del abismo de la muerte,

los fantasmas de vuestros miedos

me dejasteis como herencia,

mas yo ya no puedo dominarlos

ahora que vuestros huesos

en el campo santo

no son más que polvo de ese campo.

 

Es fácil de entender, amantes padres,

que vuestra existencia padecisteis

en el río de la vida;

uno en el putrefacto sudario del cáncer,

el otro en el dolor de la pasión de su vida,

mas el alma dolorida

de un hijo visionario

no comprendió como la muerte os llevo

habiendo comenzado

el proyecto de su vida,

y ahora que el proyecto

divisa su fin,

donde nada queda,

vuestros recuerdos acuden a mi

como fantasmas de mis miedos.

 

Vosotros la vida me disteis

donde el destino escribí,

el destino a vosotros

la muerte os dio,

os dio la paz

y el descanso eterno,

a mí me dio la guerra

la pelea, la tristeza, el dolor

y también la alegría.

Es la maldad de la ley de vida

que todo te da,

pero nada queda.

 

Pippo Bunorrotri.

 

 

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