24 May AL POLITICO
La ambición, la codicia, el engaño
la testadura convicción de su ego,
habita en su alma, recorriendo su cuerpo,
como un ejército de hormigas carpinteras,
cubriéndose del amable narcisismo,
como el sin techo se conforma
con los despojos que recogen
de quien les desprecia.
Sus convicciones son tercas,
sus dudas cobardes,
cuando esta aparecen,
las transforman
en alegres errores de otros
retomando el cenagoso camino
de las palabras que lavan
sus despropósitos.
En la almohada de sus sueños
reposan sus remordimientos
y con el bisturí de su voluntad
los diseccionan, como experto cirujano
trasplantando remordimientos
por amables mentiras
que disfrazan el momento
de sus dudas.
Son trovadores que manejan
los hilos del engaño
en el tea-trillo de la vida
encantando al día a día
que avanza persistente
hacia el abismo de la nada
entre las tinieblas de una sociedad
que persigue sombras.
Pobre sociedad degenerada
que su deseo satisface
lamiendo los pechos
de una joven ramera, “la política”,
que sus encantos operados
hace que olviden su desasosiego
aumentando sus cobardes dudas,
robando sus ilusiones.
Denso hormigueo asalta
la conciencia del pueblo
cuando escucha ensimismado
las elocuciones del político
que muestra sus convicciones
con las verdades del engaño,
descendiendo por su cuerpo
un río de quejas y preocupaciones
que dejan los llantos
de los errores del político.
El político, gruñe, grita
gesticula y recrimina,
los vicios del pueblo
que siembra en el campo
de su día a día, ilusiones,
que para el político
solo son los bostezos
de su siesta.
Pippo Bunirritri.
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