03 Ene DÍAS DE REBELDÍA
Hay un día,
en el calendario de mi vida,
que goza de rebeldía,
que se empeña en revolver
en el desordenado
desván de mis recuerdos,
buscando en el dolor,
el nombre de las ausencias
y las miradas olvidadas.
Ese día con su revendía
insiste en volver, al primer día,
sacando del armario
el diario de mi pasado,
donde apenas reconozco
las palabras de mis letras
que descifran una parte de mi
que ya no conozco, sin embargo existió,
ya si lo atestiguan
las hojas del tiempo,
en el que escritas están.
En esa rebeldía, de ese día
arrastró amarga alegría,
que no es más que tristeza
de la añoranza del ayer,
de aquellas campanadas,
de fin de año,
donde contaba uvas
en la cuenca de la mano
mientras mi madre
las cantaba una a una.
En esa rebeldía se quedaron
aquellas tardes de lluvia
donde las caricias
se humedecían
aquellos besos desaforados,
a las siete de la tarde,
bajo los soportales,
mientras los transeúntes
murmuraban
y tú te sonrojabas.
Ese día de rebeldía, me lleva
al teatro de la memoria,
donde una formas con sus voces
representan
la obra de una vida,
los miedos y las dudas
me producen, nerviosismo y ansiedad
al ver en el escenario
lo que he dejado atrás
en la niebla del pasado.
Ese día, cumplo años,
acumulo experiencias,
arrugas y achaques
alegrías y desdichas;
de qué sirve todo eso
si ese día me demuestra
que sigo siendo yo
y que no cambiare
lo que llevo dentro
a pesar de la rebeldía.
De ese día de rebeldía
solo me queda;
un puñado de recuerdos,
un diario de sueños,
un armario de sombras,
el eco de unas voces
acompañándome
hasta que la vida
se convierta
en polvo de cenizas.
Pippo Bunorrotri.
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