ESCRITURA

A los diez años de vida,

me enamore con ese amor ciego

que desilusiones y alegrías

deja en tus días,

que en las soledades

te acompaña

y en los silencios

te acaricia con su mirada.

Es dulce y agria,

es bonita y triste

a la vez,

pero siempre me acompaña

y se llama Escritura

esa chica que me sedujo

y a la que cortejo

todos los días de mi despertar.

En este mundo, donde

todo es indiferente, donde

somos el vacío de la nada,

el centro del todo,

y la mitad de algo,

ella es esa mitad

que complementa

la razón de mi locura.

Ella es esa bella mujer

que recorta mis suspiros,

que mi memoria ocupa

cuando en la barra de un bar

con una copa de vino en la mano

el reflejo de otra se perfila

dibujando su sombra

en el cóncavo cristal.

Es esa mujer que ocupa mi ocio,

que en las largas y aciagas noches

la desnudo acariciando su piel,

recortando sus pechos,

dibujando sus pezones,

admirando su monte de venus,

imperfecto y perfecto

en los versos de una poesía.

Al amanecer,

cuando el alba se dibuja,

la visto con la toga,

blanca y pura, de la fantasía,

para que baile la sinfonía

de la prosa de un sueño

escrita en el pentagrama

de la imaginación.

Entre ella y yo

la sinceridad es primordial,

la confianza es esencial,

la falsedad nos espanta,

las infidelidades se las cuento

y ella en silencio las perdona

insertándolos en su rosario de errores

que en el mañana me recordara.

Su mirada deja palabras encendidas

que mi atención reclaman,

cuando las dudas corren

por la avenida de la mente,

cuando las alegrías alborotan

el jardín del corazón,

cuando las tristezas llaman a la puerta

del monasterio de la memoria

y yo se la presto a cambio de nada.

Ella es lo primero en el despertar

y en las noches es la que me arropa,

susurrando reflexiones,

con sus brazos de papel;

ella no habla pero dice

y yo escucho y hablo

lo que dicen las sombras

de su muda voz.

Ella es esa compañía

que siempre esta

para lo bueno y lo malo,

que conoce mi locura

y mi gordura

que no discute, corrige

y me apoya, dejando fluir

la fantasía de mis sueños.

Ella es esa cosa indefinida

que determina mi ser,

es la razón de mi presencia

con nombre de mujer,

que como mujer sabe

lo que su enamorado

quiere y desea

en el calvario de su día.

Ella, la Escritura,

completa la mitad de mi materia

sin preguntas, ni celos

con respuestas a esa dudas

que son sombras de una vida

sin tener recelos del miedo

ni de la incertidumbre

de la realidad.

Ella me hace sentir vivo

en los momentos del recuerdo

y en las fantasías que escribo,

matándome por complacer

sus caprichos, que son míos,

sabiendo que los sueños empiezan

y no terminan

en una noche con Escritura.

 

Pippo Bunorrotri.

 

8 Comments
  • lynyo
    Posted at 00:32h, 04 marzo

    Intensa belleza!

    • admin
      Posted at 00:35h, 04 marzo

      Muchas gracias. Un saludo

      • lynyo
        Posted at 00:40h, 04 marzo

        Un placer! Saludos!

        • admin
          Posted at 01:00h, 04 marzo

          Gracias ? un saludó

  • rebecagl
    Posted at 01:03h, 04 marzo

    Me encanta, genial ??

    • admin
      Posted at 03:02h, 04 marzo

      Muchas gracias ? un saludo ?

  • lucesysombras
    Posted at 09:42h, 04 marzo

    bueno pippo
    me gustó mucho
    saludos

    • admin
      Posted at 16:01h, 04 marzo

      Gracias ??