OCTUBRE

El verano pierde

su ardentía

cuando Octubre,

el mes de la penumbra

cambia de tamaño

las sombras del día

llenando de largas

melancolías,

los atardeceres,

conmoviéndonos

con sus auroras

de sus tintes;

marrones,

rojizos,

ocres,

morados.

 

Sus sombras patinan

en la penumbra de su luz

donde el viento juega

con la espesura

de una arboleda,

sosteniendo sus hojas

en el suspense

de un suspiro

de la merced

del viento,

que en la tarde

desnuda del ocaso

se convierte en polvo

con el beso

de unos labios

muertos.

 

Pippo Bunorrotri.

 

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