LOS DEDOS

Los dedos dibujan

vacilantes caricias

en la piel

de ese rostro

que confiado

mira la luna

de un deseo.

 

Los afelpados movimientos

perturban el alma

de ese rostro

que acuna pasiones

de ese sueño roto.

 

Las sombras del anhelo

dibujan palabras

en el corazón

de ese rostro

que mira la luna

de un día

que no tiene tiempo.

 

Vagos pensamientos,

fugaces encuentros

en esos momentos

de soledad y silencio

donde los sentimientos

miran hacia el vacío

de lo incierto.

 

Pippo Bunorrotri.

 

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