02 Nov DEJA
Deja que me acerque
a la playa de tu mar
a pesar de la tormenta
que impulsan
las altas olas
de tu zozobra.
Deja que tus ojos
sean el faro
que guíen
a este barco
sin vela.
Deja que mis manos
sean el amarre
de tu goleta
a la deriva.
Deja que tu dolor
sea mi dolor,
para lamer
las heridas
del tiempo.
Deja que nuestro dolor
sea el báculo
de nuestra alma
dolorida.
Pippo Bunorrotri.
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