20 Ene EL OTRO DÍA
El otro día, ese en que te levantaste
con el propósito de hacer limpieza
de las cosas arrinconadas
en un cajón de tu pasado inquieto.
Si querer te reencontraste
con los instantes olvidados
en ese álbum de fotografías;
de colores desteñidos,
de sonrisas congeladas,
de muecas desfiguradas
y lagrimas pintadas.
En tu memoria peregrinaron
las imágenes de aquellos sueños
que se habían conformado
con permanecer en el recuerdo
tras la máscara de la vida
acompañándote
en la sombra de tu sueño.
Cierras los ojos, en ese instante
en que una fotografía
se escurre entre tus dedos
y todo es como antes
del otro día.
Los niños vuelven del colegio,
desbocados y hambrientos,
los zapatos en el pasillo,
las mochilas en la cocina;
los gritos del letargo
sacan a los abuelos
que en su siesta caminan,
a su abuela le piden
chocolate y mantequilla.
El desgarro de una voz llorosa
pronuncia tu nombre, es tu nieta
que su hermano una burla le deja,
pidiendo el consuelo
de una abuela consentida
que está dándole color
a la fotografía de un recuerdo
de la historia de su vida.
Abres los ojos lentamente
en mitad de la sombra
de ese día del recuerdo
y en la claridad del nuevo día
escuchas la algarabía del ayer
en el silencio del hoy,
donde el murmullo de un suspiro
recorre la habitación
sin saber qué hacer con él.
Igual que con tu vida,
que solo le quedan recuerdos
de una inocencia perdida,
una vida que tú crees
que está vacía,
cuando en realidad
está llena de emociones y sentimientos,
de pasiones no olvidadas,
de ilusiones realizadas,
que tú has escrito
en el diario de tú vida,
en los retratos de tu memoria.
Pippo Bunorrotri.
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