01 Nov LA VEJEZ DEL ABUELO
Has llegado a esa edad
en la que no tienes exigencias
pero si requisitos y condiciones,
las primeras se han quemado
en la edad del camino,
las segundas, ahora primeras,
con desgana usas
en ese calendario
de números cansados.
En esa edad de instantes,
de lento tiempo
en el reloj de arena,
no pides mucho
solo replicas
con tu mirada,
la caricia de una mano
que tenerla quisieras
para adormecer la siesta
de un sueño sin recuerdo
en su cálida cuenca.
Necesitas el reposo
de esas manos brindadas
para abrir la puerta
de la quimera del mundo
donde la fantasía
dibuja ese trocito;
de deseo blanco,
de azules cielos,
de alegre baile,
de recuerdos,
de días sin noches
en cuatro estaciones
que se han sucedido
tras el canto del gallo.
Has llegado a esa edad
que no pides mucho
solo una mano tendida
que abra las cortinas
de la añoranza
creando esa ternura
que te transporta
a la infancia.
Pippo Bunorrotri.
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