21 Dic LA MUERTE
Tú trance del dilema final
no me mires con esa mirada
de apáticos ojos negros,
no me ofrezcas el silencio
como desenlace
de una vida gastada
en la indulgencia del amor.
Déjame gritar con la afonía
de un recién nacido
por última vez
antes de iniciar
el periodo más fácil
de la odisea más difícil
pues lo hare sin barreras
ni mochila, ni limites.
Déjame caminar siendo libre
como cuando nací,
dejando el dolor
en la silla de mis sueños.
Deja que mis lagrimas
recorran los surcos
de mi rostro indefenso
plenamente rendido
ante el último suspiro
de mi alma desgarrada.
Pippo Bunorrotri.
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