BRISA NOCTURNA

La brisa nocturna

acaricia mi rostro

mientras la luna

ilumina el acantilado

de mi muda sonrisa.

 

Mis pensamientos

corren al pálpito del ayer

para hablarle

a la noche estrellada

de aquel primer amor

que se fue

en la última sonrisa

de aquel verano;

de zapatillas y disimulos

de refugios  y susurros,

de deseos contenidos,

de pasiones cabalgadas,

donde el corazón temblaba

y las miradas se buscaban

sin saber que se perderían

en el largo olvido.

 

Pippo Bunorrotri.

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