EL BANCO DEL HUERTO

En el banco del huerto

de los sudores de mi sino

las arrugas del tiempo

repasan los pasajes inciertos

de una vida gastada.

 

Las horas se agazapan

con sus dedos entumecidos

bajo la sombra

de unos parpados  menguados,

abatidos por las horas,

extenuados de la fatiga

de sus días corridos.

 

En el banco del huerto

la solera de una vida

espera que termine el día

de una inútil longevidad

que ya ha vivido sus días.

 

En la espera de ese banco

el tiempo retrocede a través

de un desgarrado monologo

que aplasta los silencios

de una soledad vacía

donde las palabras

son las últimas luces

de un tiempo

que se ha caído.

 

Pippo Bunorrotri.

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