27 May EN EL AMANECER SOLITARIO
En el amanecer solitario
de la muerte, te sientas
en la arena del tiempo
de ese océano sin agua
y escuchas, en el sosiego,
como el mar se enfurece
abriéndose la boca de sus olas,
mostrándote el crudo abismo
donde tu sombra se adentra,
sorprendiéndose de la cobardía
de las incautas criaturas
que te susurran tu vida,
convirtiéndote,
en ese espectro vulnerable
que vaga como anacoreta;
en un pasado,
en un presente,
en un futuro,
azaroso.
Solo en los brumosos
paramos desolados,
de recuerdos de otros
tú figura a un asoma
de cuando en vez
para dejar esa sonrisa cortada tuya,
antes de precipitarse de nuevo
al abismo donde no hay susurros
y la voz baja se confunde
con silencio y recuerdo.
En el amanecer solitario
de la muerte, el sueño,
su sonrisa olvida,
la esperanza se muere,
el recuerdo olvida que ha pasado
y la tristeza de vivir regresa
a la hora de los sueños.
En el amanecer solitario
de la muerte, fluye
la salvaje música,
de todas partes,
esa que lleva
sollozos,
suspiros
y llantos,
que no es más que
una música
sin melodía,
que al escucharla
te infunde
un repentino deseo
de gritar al albedrío
que la vida tiene
ese sentido perdido
que pertenece al olvido.
Pippo Bunorrotri.
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