17 Feb ESTA SOCIEDAD NUESTRA.
Esta sociedad nuestra;
donde el indigente pena,
donde el niño sueña,
donde el joven grita,
donde el maduro aguanta y revienta,
donde el noble se mofa a escondidas,
donde el político pasa sin pena ni gloria.
Esta sociedad nuestra
que construye
un mundo de egos.
Esta sociedad nuestra
que al poeta
de la pena.
Esta sociedad nuestra
donde…
Tú indigente, que con pasos lentos caminas
por las calles de esa ciudad
en la que un día
tus sueños trajiste
y en ella los perdiste,
te acercas al abismo de la vida
que te ha dado de lado,
sin saber el porqué de esa desdicha,
que en el rigor del invierno,
en las noches de dudas perpetuas
le confiesas al cajero
del portal que te cobija
el sueño que te ha abandonado.
Vosotros niños, que en el crepúsculo del alba
voláis como jilgueros
vestidos con vuestra túnica de inocencia
sobre esa ciudad
que sueños os regala,
mirando al indigente con temor,
preguntándoos porque pide, porque huele,
porque no corre tras el deseo de su sueño,
porque no llora, ni ríe, ni sonríe;
porque se resigna
a vivir una vida
que no le corresponde,
y que el destino le ha dibujado
dejando un rastro de lagrimas y sangre.
Tú joven, que corres por la vida,
como gacela sin alma,
gritando que el mundo es tuyo
sin haberlo conquistado,
creyendo que las horas no pasan
y los días se detiene ante tú mirada,
con tu egoísmo desmedido
donde la razón es tuya, y no compartida,
donde discutes y no dialogas
adentrándote en el claustro
mudo y desierto de la intolerancia,
vagando entre las abandonadas tumbas
de los que antes fueron jóvenes rebeldes
de causas perdidas
y ahora sus historias moribundas
cuentan lo que aprendieron de sus errores.
Tú hombre y mujer maduros,
de traje, mono y titulo enmarcado
en la orla de unas palabras
que te definen ante el mundo,
que el tiempo de tu juventud
indisciplinada has olvidado,
que cada mañana…
cuando el alba dibuja su cielo
sales al campo de tu destino
a sembrar tu semilla de ilusión
con la esperanza
de verla un día crecer
sintiendo la nostalgia de un niño,
la desinhibición de un joven,
la arrogancia de un señor
y la pena de un indigente.
Tú noble señor,
de traje, corbata, gemelos
y Don de considerado,
que tu apreciada nobleza
has conseguido con esfuerzo de otros
y engaño de todos,
que miras al mundo
desde ese púlpito de barro
donde escondes tus miserias,
criticando a los jóvenes por su descaro,
a los curran-tes anónimos
les das las migajas de tu polvo
para que sigan soñando
y a los indigentes no les miras
porque son las sombras
de tu falsedad.
Tú político, encantador de engaños,
señor de mentiras desgranadas
y verdades disfrazadas,
mercader de las palabras
que el viento se lleva
en su soplido,
vendedor de sueños resquebrajados,
notario de promesas incumplidas,
que a la sociedad que gobiernas
les das el reflejo de una esperanza
que nunca llega,
porque te entretiene
con el papel de regalo
en que has de envolver
la razón de esa verdad
que esconden las palabras
de la mentira que ofreces.
Pippo Bunorrotri.
Susana Ropero
Posted at 23:48h, 17 febrero???
admin
Posted at 00:46h, 18 febrero??
anafatumelecea
Posted at 01:31h, 30 marzoCuánto dolor! Me encanta ese tema y ni hablar de la Negra, que a pesar de todo, siempre le dieron Gracias a la vida … que no es poco
admin
Posted at 17:58h, 30 marzoMuchas gracias. Un saludo