24 May MUERE EL ANIMO, VIVE EL RECELO
Muere el radiante sol
entre colinas y valles
y la descolorida noche,
alocada corre entre las estrellas
luciérnagas en la oscuridad,
que sus pasos se apresuran
sobre el manto azul
de un edén sofocado
que lentamente
quejoso se retira
entre los barcos
de un puerto asustado
que chillan balanceando,
su definida estampa
en ese mar
que besa el horizonte,
mientras en ese espejo
donde se refleja,
la presura de la vida
y la extinguida muerte
con las sinfonías del canto
de un ruiseñor
que construye ceremonias
que se prolongan
en esa vida vieja
que se abre
a las ultimas sensaciones
que dibujan recuerdos.
Pippo Bunorrotri.
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